Fontcuberta

Barcelona, 2008

Nunca he usado este espacio para recomendar nada pero hoy lo voy a hacer. Se ha inaugurado en Barcelona, en el Palacio de la Virreina, en las Ramblas, una exposición retrospectiva del artista Joan Fontcuberta, que es de imprescindible visita.
Fontcuberta lleva más de 25 años jugando con los límites de la realidad e investigando sobre cómo captamos, percibimos y representamos esa realidad. Él se considera fotógrafo, pero sin menospreciar el noble arte de escribir con luz, Fontcuberta es mucho mas que un simple fotógrafo. Partiendo muchas veces de ideas simples el resultado de su trabajo adquiere una profundidad conceptual que asombra. No en vano el profesor Fontcuberta es uno de los mayores estudiosos de la historia de la fotografía.
Siempre he creído que el arte, el buen arte, es el que admite múltiples lecturas, desde la lúdica superficial hasta la mas profunda intelectualidad, como si capas de una cebolla se tratase. Y el trabajo de Fontcuberta te arranca primero una sonrisa, o una admiración de asombro ante el planteamiento tan primario de su trabajo, y a continuación te permite elucubrar las más profundas teorías semióticas y filosóficas sobre la realidad y su existencia.
A veces al ver uno de sus trabajos aislados puedes creer que es fácil, o básico, pero cuando te enfrentas a 18 proyectos realizados en 25 años adquieren una coherencia y denotan una sabiduría sólo al alcance de muy pocos.
Para los que no conocéis su trabajo, explicaros que es un tipo que se inventa la historia de un cosmonauta ruso desaparecido en una misión espacial y lo documenta con tanto material gráfico y escrito que hasta el programa ese de "Cuarto milenio" lo da por cierto y le dedica un espacio al misterio del cosmonauta que desapareció en el cosmos dejando como único rastro una botella de vodka flotando en el vacío.
Otros de sus trabajos son la colección de animales imaginarios descubiertos por un explorador, los milagros de un pope ortodoxo, la historia de un lugarteniente de Bin Laden extrañamente parecido al propio Fontcuberta, la serie de gotas de sangre cedidas por sus amigos, la de leche materna de sus amigas, la de flores inventadas o el juego de cordilleras realizado con el perfil de las llaves de seguridad de lugares emblemáticos.
Una divertida y admirable tomadura de pelo.
Tenéis hasta febrero. No os la perdáis.