viernes, 10 de octubre de 2008

De vuelta otra vez

Oporto, septiembre 2008

Subida. Cuesta. Inflación. Recesión. Crisis!
Vuelvo de nuevo a escribir en unos momentos difíciles para todos. El hundimiento financiero de los EE.UU., obra de malhechores con corbata, arrastra a las economías occidentales y de repente, sin saber porqué, estamos todos en crisis.
Hay miles o quizás millones de analistas dándole vueltas a los porqués de esta situación y lanzando soluciones al aire catódico, mientras los que estamos entre los pobres y los ricos vemos como nuestras empresas recortan gastos, no renuevan contratos e incluso cierran por culpa de la dichosa crisis.
Todos somos compradores o vendedores (casi siempre las dos cosas a la vez), pero compramos menos porque tenemos menos ingresos y mas miedo, por lo tanto los vendedores venden menos y el circuito del dinero se atasca. La crisis es como el colesterol del sistema de mercado y hace que el dinero no circule bien por las arterias financieras.
Nunca he entendido bien cómo funcionan las bolsas, los sistemas financieros o los valores de futuro, pero sí se que todo se basa en comprar y vender, y el comienzo de esta situación ha sido que unos estafadores con zapatos caros se inventaron un producto financiero basado en hipotecas de alto riesgo y lo vendieron por medio mundo a inversores que lo compraron sin saber exactamente qué estaban comprando. Cuando las hipotecas empezaron a no devolverse el producto se desinfló y los que lo habían comprado no pudieron recuperar su inversión. Esto era el timo de la estampita que tan bien escenificó Toni Leblanc. La avaricia del "primo" al querer ganar dinero fácil se volvía en su contra cuando veía que sólo tenía un montón de recortes de periódico.
Pues estos "señores" que dieron este grandioso timo de la estampita a bancos e inversores de medio mundo no sólo no van a ir a la cárcel sino que se han ido de sus empresas con indemnizaciones millonarias. Pero no sólo eso, sino que los gobiernos (el estado al fin y al cabo) están teniendo que ir a la ayuda de esos bancos en insuflarles un poco de oxigeno en forma de miles de millones de dolares o euros según el caso. Euros y dólares que salen de los impuestos de los que sufrimos esta crisis en nuestra vida diaria.
Lo que me parece mas increíble es que los que piden ayuda del estado son los mismos que abogan por la desaparición del mismo. Si en algo se diferencian la izquierda y la derecha actualmente es sobretodo en su concepto de estado. Mientras la izquierda aboga por un estado intervencionista, el "papá" estado, que regule las relaciones comerciales, que mantenga una sanidad y una educación pública, así como otros servicios sociales, la derecha propugna un estado casi inexistente que deja en manos del mercado la regulación de las reglas sociales. Así la rentabilidad y comercialidad se imponen a los fines sociales. Pues bien, cuando ahora los gurús del mercado, los reguladores de la economía, meten la pata y dejan sus empresas al borde del abismo, vienen y piden ayuda al estado, al mismo estado que despreciaban por su intervencionismo. Y los gobiernos conservadores o neoconservadores, véase Bush y compañía, van y les dan miles de millones para sanear sus empresas, millones que niegan sistemáticamente para mejorar la sanidad pública, paliar el hambre del mundo o simplemente pagar las cuotas que le adeudan a la ONU.
Cuando en España gano un gobierno de izquierdas (el de Felipe González) después de 40 años de dictadura y 5 de gobiernos de derechas, los dueños de los bancos se asustaban pensando que los nacionalizarían, (aunque enseguida se vio que Gonzalez no iba por ese camino).
Ayer los periódicos anunciaban que Bush nacionalizará varios bancos en EEUU y a todos les parece la mejor solución.
Quizás es que el sistema capitalista de libre economía no es tan bueno como nos han estado vendiendo todos estos años, y quizás el sistema comunista de empresas nacionalizadas e intervenidas por el estado no era tan nefasto a pesar de todo.
Lo peor de todo, lo que mas desesperanzado me deja es que creo que estamos dejando escapar una gran oportunidad para hacer grandes cambios en la forma de sociedad en la que vivimos, pero las intervenciones de los gobiernos y de los bancos centrales sólo están encaminadas a perpetuar un sistema a todas luces fallido.
Lo que está ocurriendo es la prueba contundente de que este sistema de consumismo feroz y de libre mercado, ni funciona, ni se autoregula, si no que necesita del estado para sobrevivir.
Ojalá esto nos hubiera servido para inventar un nuevo camino, definir unas nuevas relaciones, mas humanas, una verdadera tercera vía.
En fin.

5 comentarios:

Alberto Tallón dijo...

El capitalismo es un gran fraude, sostenido por unos pocos privilegiados a costa de unos muchos que andamos bien jodidos (unos más que otros). La pena es que la gran mayoría de los que lo sufrimos vivimos con la venda en los ojos...que lástima que no se haya aprovechado la actual situación para buscar alternativas reales...ya lo dijo hace poco Saramago, vaya mierda de izquierdas que tenemos hoy en día...en fin, vamos subiendo...o en caida libre...

Alberto Tallón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Kai Försterling dijo...

Más de un palomo acabará en el puchero!

Alberto Estévez, otro fotógrafo dijo...

Ostras Kai, pues espero que seamos ninguno de nosotros!

Alberto, yo a veces pienso que hubiese sido mejor un crack total, una caida libre, para ver si así se daban cuenta que este sistema es inhumano.

Eduardo Manzana dijo...

Para mi la tercera vía se llama AK -47... lastima que no nos atrevamos a utilizarla...
saludos...